
Las telarañas que crecen dese los ojos
y que envuelven sin pudor el mundo entorno
y entretejen este alrededor a nosotros
quién las deshiciese a su antojo.
Y el velo con que la palabra
muestra que oculta las cosas
y engrana en mecánico abismo
vivencias y versos y otros
quién a voluntad lo desnudara
sin rasgarle un fleco sólo
sin ponerle además nada.
Quién en su delirio lo alumbrara
en su ser tal cual y lo cuidara
como cada quien cuida su (propia) casa.
Guayaquil, 01 de agosto de 2018.
Dedicado con admiración y cariño a Cecilia Velasco.